¿Sabes cómo afecta la psicología del color en branding?
El color, lo que sentimos al ver uno u otro tono, es uno de los elementos que más pesa en las decisiones de compra que, diariamente, realizan los consumidores. Marketing, publicidad, retail… Todos ellos utilizan la llamada psicología del color para provocar en el público objetivo diferentes sensaciones, conceptos y sentimientos, transmitiendo la calidad de sus productos y los valores de su marca. Seguro que, si hacéis un pequeño ejercicio mental, podéis relacionar fácilmente las principales entidades del mercado con su color más característico. Desde Manual Color, queremos hablaros en este post de cómo se puede aplicar la psicología del color en branding, y cómo esto puede hacerte alcanzar el éxito en tu negocio.
¿Qué es la psicología del color?
Lo primero que debemos saber para poder aplicar el color en branding es definir el concepto. Este área de la psicología está dedicada al estudio y la investigación acerca de cómo los colores pueden influir en el comportamiento humano. Esta psicología ha llegado a la conclusión de que las diferentes escalas cromáticas pueden, efectivamente, influir sobre nuestras emociones, e incluso en nuestro estado de ánimo. Sin darnos cuenta, las personas solemos asociar colores a diferentes sentimientos o conceptos, si bien se trata de una cuestión subjetiva, influida por factores como nuestro entorno, edad, cultura, etc. Sin embargo, lo que sí es un hecho es que hay un impacto en el público objetivo en función del color que define y forma parte de nuestra marca, lo que lo convierte en una herramienta muy poderosa para llegar a los consumidores
¿Cómo aplicar la psicología del color en branding?
Una vez sabido el efecto que tiene el color, consideramos que existen unos pasos clave que te ayudarán a implementar el cromatismo.
En primer lugar, ten claro a quién te diriges, cuál es tu público objetivo, y por supuesto, lo que te define como marca. Los valores principales de tu entidad deben ser el esqueleto sobre el que sustentar toda tu identidad, colores incluidos. Una vez hecho esto, echa un vistazo a la identidad de tus diferentes competidores, de modo que puedas ver cuál es la tendencia en el sector y, por supuesto, los colores que no se están usando.
Una vez elijas el color, tienes que centrarte en el tono, el nivel de luz, saturación y ten en cuenta la legibilidad. Es muy importante, además de que el color transmita las emociones que deseas, que se transmita el mensaje con claridad. Trata de tener diferentes opciones para distintas aplicaciones; no es lo mismo como se verá en una página web a cómo se verá impreso.
Por último, te aconsejamos introducir elementos en colores que sean llamativos como el rojo, amarillo o naranja, que destacan mucho y pueden servir para generar ese efecto llamada de atención. Una vez hayas elegido tu combinación, es importante que no la cambies, ya que será un elemento más que defina tu marca, y hacer continuos cambios puede dar una imagen de identidad mal conformada.
¿Qué significan los distintos colores?
Como hemos dicho al principio, esto no es un hecho objetivo, sino que depende de la sociedad en la que vayas utilizar cada color, la edad de tu target, e incluso de las experiencias individuales de cada persona. No obstante, sí existe un amplio consenso sobre lo que transmiten determinados colores. ¡Vamos a verlos!
Blanco: el color de la inocencia, la pureza y la sencillez. Suele utilizarse como fondo en los logotipos, ya que da una sensación de amplitud.
Rojo: fuerza, amor, pasión, incluso fuego. Se usa habitualmente para representar marcas definidas por la energía, la explosión de sentimientos o el ya citado amor. Visualmente es muy potente, lo que significa que destaca por encima de muchos otros, pero también es importante usarlo con moderación.
Azul: el color azul es la calma, la frescura y la relajación, además de simbolizar la armonía. Se usa en multitud de marcas de diferentes sectores, pero tiene el riesgo de que puede resultar un color demasiado frío y no destaque.
Verde: uno de los más usados en la actualidad, ya que se relaciona con lo natural, lo ecológico y el medio ambiente. Pero además, la tranquilidad y la esperanza son otros de los conceptos que sentimos al verlo.
Amarillo: un color con cierto riesgo y mucha ambigüedad, ya que se ha relacionado mucho con la mala suerte, la traición y el engaño. No obstante, también tiene muchas consonancias positivas, como la riqueza, la abundancia y la juventud.
Naranja: es el color del entusiasmo, la creatividad y el optimismo, además de dar cierta sensación de calidez. Se siente enérgico, aunque también puede asociarse con lo erótico. No destaca tanto como el color rojo, pero sí se percibe como más “relajado”.
Morado: espiritual y nostálgico, hasta hace unos años no era muy habitual, y hoy en día podemos verlo bastante en el sector cosmético.
Negro: lo mismo que percibimos en la ropa, también nos vale en identidad corporativa. El color negro simboliza el poder, la elegancia y sofisticación, el lujo. Por ello suele usarse cuando nuestro target es de capacidad adquisitiva alta. Por otro lado, puede dar la connotación negativa de soledad, oscuridad e incluso la muerte.
Con toda esta información, seguro que ya podéis empezar a utilizar el color en branding, y dar a vuestra marca una dimensión completamente nueva. Ahora, solo necesitaréis una garantía en cada una de las piezas gráficas para darle visibilidad a vuestro negocio. Desde Manual Color estaremos encantados de llevar vuestra idea y vuestra identidad, a cada una de las campañas que seguro realizaréis. ¡Echa un vistazo a lo que ofrecemos haciendo click aquí!